domingo, 12 de abril de 2020

Diario #YoMeQuedoEnCasa 11/04/2020

Ayer fue un día muy intenso, y no pude escribir, más bien, no quise escribir. Vuelvo a estar retrasado. Esta noche debería publicar mi diario del día de hoy, y sin embargo, aquí estoy escribiendo sobre el día de ayer. Intentaré ponerme al día.

Y es que ayer fue mi cumpleaños, a pesar del puñetero coronavirus. Se hace muy extraño ver en la tarta una vela con forma de 5. Tengo toda una década para acostumbrarme a ello. Un cumpleaños muy especial porque cumplí medio siglo de vida, y porque lo celebré en unas condiciones muy especiales, más bien muy raras.

Y sin embrago, fue un día muy emocionante, cargado de sorpresas. Tuve desayuno especial, preparado por Candela, que se levantó a las siete de la mañana para decorar la casa y preparar las tortitas que tanto me gustan antes de que me levantara. Tuve regalos a pesar del confinamiento, y es que Mafe es tan previsora que los tenía comprados desde hace mucho tiempo. Y tuve lo que más me gustó, un video de casi una hora de duración, que Mafe empezó a preparar el verano pasado, con un montón de fotos, historias, y vídeos grabados por mi familia y entorno cercano de amigos, recordando momentos vividos conmigo. El vídeo está magistralmente montado, aderezado con la mejor música para cada ocasiónDebo confesar que me pasé una hora muy emocionado, con mocos y lágrimas en los ojos. 

Además de esto, tuve tarta durante una video llamada con las veintitantas personas que participaron en el vídeo, y una última sorpresa, por la noche, cuando me enteré que, si el coronavirus no lo impide, nos vamos los cinco a Marrakech en septiembre. Yeahhhhhh

Ayer se me cayó un mito, el mito de un tío duro que, salvo en dos momentos trágicos que ha habido en la familia, no llora nunca, nunca. Como mucho, se emociona con el nacimiento de sus hijas. Ayer descubrí que a partir de los cincuenta, uno se vuelva más blando. Corrijo, blando no, sensible. Y lo que es más sorprende, ayer descubrí que a partir de los cincuenta ya no da vergüenza mostrar en público los sentimientos.

Mis chicas, y especialmente Mafe, pusieron ayer muy alto el listón de las celebraciones. Menos mal que aún me quedan unos cuantos años para sus cincuenta. No voy a poder superar las emociones de ayer, pero intentaré, al menos, acercarme un poco.

Muchas gracias a todos los que, de una manera u otra, se han acordado de mí y me han felicitado en las diferentes redes sociales, en video llamadas, en mensajes de whatsapp, etc. Muchas gracias a mi buena amiga Virginia, que me dió una sorpresa con una video llamada en la que también estaban mi "prima" Marisa, y el "pelón" de Ernesto.

Ayer fue un día maravilloso. Martina volvía a estar en casa con nosotros, y Daniela se pasó todo el día pidiéndome que me casara con ella. Fue tan emocionante que a lo mejor el año que viene vuelvo a cumplir cincuenta, encerrados en casa. Ya veremos.

Un días más confinados, un día menos para que esto acabe. #YoMeQuedoEnCasa



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