lunes, 19 de octubre de 2020

Diez años en Instagram

Ayer 18 de octubre cumplí diez años en Instagram. Doce días después de aparecer, ya tenía perfil abierto. Llevo 1/5 parte de mi vida en esta red social, que tanto me ha dado, pero que también se ha convertido en algo que desprecio: una red social para el lucimiento de físicos bonitos, habilidades corporales, egos desmesurados y demás chorradas mediocres, carentes de contenido e interés. Ya no queda nada del motivo inicial por el que nació: la fotografía.

Mi relación con Instagram es de amor-odio. Me ha dado cosas muy buenas. Lo mejor, los amigos que he hecho y la pasión y el amor por la fotografía móvil que despertó en mí. He tenido reconocimiento, premios y otras cosas bonitas, todas girando alrededor de la fotografía móvil. Soy embajador de Huawei, he formado parte de YouMobile, y soy miembro del colectivo La Calle Es Nuestra, todo ello motivo de orgullo. Me quedo con esto. De lo otro, los bailecitos, los saltitos, las caras bonitas, los reels, el puto algoritmo y demás gilipolleces, paso. Gracias a los que estuvisteis y a los que estáis.

Foto de mi hija Candela



lunes, 5 de octubre de 2020

¡Feliz cumpleaños, Candela! 05/10/2020

Por primera vez desde que abrí este blog, allá por 2012, ha pasado más de un mes desde el último post. Con motivo de la pandemia, el blog dió un giro de 180º y pasó de ser un medio en el que publicar diariamente una foto que ya había sido previamente publicada en mis cuentas de instagram (lo cual me he dado cuenta que es un error, por ser reiterativo y no aportar nada nuevo), a ser un diario contando cómo mi familia y yo vivimos esos tres duros meses de confinamiento y, una vez acabado, de cómo vivimos la llamada "nueva normalidad", sin olvidar acompañarlo de una foto hecha con mi teléfono móvil, fin para el cual este blog fue creado.

El motivo por el que ha pasado más de un mes desde el último post no ha sido ni por descuido, ni por pereza, ni por falta de tiempo. Ha sido, simple y llanamente, porque no tenía nada interesante que contar, y para no contar nada que despierte interés, he preferido callar.

Hoy, sin embargo, existe un motivo imperioso para volver a publicar. Mi hija Candela, la mayor de mis tres princesas, cumple diecisiete años. Uno más, y será mayor de edad. ¡Dios mío, cómo pasa el tiempo! Publico la misma foto que subí anoche a mi cuenta de Instagram, no con ánimo de repetirme, sino porque sinceramente me gusta muchísimo, y le hace justicia. La foto fue hecha este verano, en el mes de julio, en Ayamonte, aprovechando la luz de la maravillosa puesta de sol que disfrutamos. Se trata de un retrato, pero además incluye un reflejo, como a mí me gusta.

La hice usando la lente teleobjetivo de tres aumentos de mi Huawei P40 Pro+, y no está editada. No lo necesita, igual que no lo necesita mi hija.

¡Muchas felicidades, Candela. Te quiero mucho!